Los lazos al cuello son tendencia, y es que ya hemos podido verlos tanto en las pasarelas como en el día a día. Son muy versátiles y cada mujer puede adaptarlos a su propio estilo, e incluso a la estación en la que estés. Una buena idea es aprovechar los escotes y cuellos anchos que vestimos en verano y otoño para llevarlo ajustado a la garganta como un choker, o incluso darle un tono más desahogado situándolos sobre el cuello de las camisas de invierno, aunque claro está que el material de estos últimos será más voluptuoso.
Los colores estrella son el blanco, el rosa palo, el beige tostado y el negro. El motivo por el que no se escogen otros es muy sencillo: los anteriormente mencionados combinan con cualquier cosa. En invierno puedes introducir algunos colores más que vayan acorde a la ropa, pero no cabe duda de que estos serán los reyes.
El tamaño del lazo es muy importante cuando estamos decidiendo qué estilo queremos conseguir, especialmente en verano y otoño. Algunos hechos con hilo son tan finos que podrían confundirse con el cabello, y esto es lo que realmente los hace especiales.
Ese toque tan imperceptible dará a tu look una frescura y naturalidad que pocos complementos podrán conseguir.
Si aumentamos un poco el grosor, encontramos los cordones, los cuales te ayudarán a tener un aspecto más informal y atrevido. Por lo general, sus terminaciones siempre serán doradas o plateadas, por lo que es adecuado combinarlas con otro complemento, como puede ser una pulsera o una gargantilla de cadena.
Por último, los mayores grosores los encontramos en las cintas de raso o terciopelo. Estas suelen ser seleccionadas de una tonalidad rosada, y es que son capaces de crear toda una ambientación romántica a tu alrededor. Además, el largo del mismo puede variar, teniendo en cuenta que, cuanto más largo, mayor será el nivel de informalidad.